Un no se que, un no sé cuando, ni adonde, ni porqué...

Un día decidí escribir un no sé qué, un no sé cuándo ni adonde, ni por qué para que nadie entendiera lo que en realidad sucedía en mi interior. Y eso luego devino en yo sé cómo, yo sé cuándo, yo sé dónde y por qué, pero tampoco supieron desentrañar la verdad.Por eso, publicaré algunos de mis cuentos, relatos y poemas.Y tambien textos de autores que dejaron su impronta... Quizás así puedan entender...

miércoles, 16 de noviembre de 2016



DE QUE NOS SENTIMOS AMIGAS DE QUIEN YA NO NOS

REGISTRA COMO TAL...




Y, si...

Es tal cual digo...

Una conoce a alguien con quien empatiza. 

Comparten gustos. Se encuentran en blogs, foros, talleres, bares,  confiterías y hasta se hacen amigas en Facebook.

Te preocupas por sus problemas, ya sean personales o de familia, por su salud y sus discapacidades. Te alegran sus triunfos y te conmueven sus tropiezos.

Hablan a menudo por teléfono, aunque a veces, ella no tiene mucho tiempo pues está por salir, tiene cita con el médico o no se siente bien.

Sus llamados empiezan a espaciarse pero sigues llamándola porque la aprecias sobremanera. Hasta que te das cuenta de que son más las veces en que no te atiende, que aquellas en que pueden conversar tranquilamente. Su tono de voz no es el mismo y percibes en sus respuestas cierto grado de fastidio.

Poco a poco dejas de llamarla pues percibes su desinterés. Y caes en cuenta de que aunque tu sigues sintiéndote su amiga, ella ha dejado de considerarte como tal. O quizás nunca lo hizo...

Sólo queda una cierta "amistad en Facebook". Ves las notificaciones de lo que publica, pero has perdido las ganas de hacer un comentario. A veces le pones un "Me Gusta", pero te cansaste de esperar que ella se entere de tus comentarios o publicaciones.
Entonces, un dia, entrás a su muro y destildas la opción que marca que aún siguen siendo "Amigos", con la triste Certeza de que ella no se enterará de lo que acabas de hacer.

Una lección más... Es así, la vida siempre nos brinda oportunidades para aprender.

¿Y que aprendiste en esta oportunidad?

Que no fue vana esta experiencia, aunque te haya lastimado.

Porque sabes, sentís que pusiste lo mejor de tí  para conservar esa amistad creyendo en un reciprocidad que no era tal.


Rorry, la Charo

Derechos reservados
Buenos Aires, 16 de noviembre de 2016

domingo, 3 de abril de 2011

Leon Gieco - María Elena Walsh

Hoy estoy de nuevo con ustedes, luego de una ausencia demasiado larga, para compartir dos bellas canciones concatenadas en la voz de Leon Gieco.

Una,"Donde Caen los sueños", que irradia nostalgia, el clima de la despedida final, asumida con entereza, con esperanza.
La otra, "Como la cigarra", la canción de la esperanza, del renacer en el recuerdo, en la vida de los otros, en la historia, aún cuando nuestro viaje final haya sido oscuro, siempre permaneceremos...

Debajo del video, encontrarán las dos letras. Espero que despierten en ustedes la misma emoción que en mí.

Rorry, la Charo



DONDE CAEN LOS SUEÑOS


Me voy, me voy con dolor y cantando.
Adonde voy, donde caen los años.
Como un signo que me alcanzó.
Con mis alas ya luzco mejor a al sol.

Me voy, me voy...............lleno de vida al cielo.
Adonde voy, donde caen los sueños.
Como un descanso que me llamó
voy delante de la libertad corriendo.

Inmensidad de un amor...............que va encendido.
Eternidad que se hace canción.
para quedar en los caminos,
como un bálsamo de los días vividos.

Me voy, me voy recordando los tiempos.
Adonde voy, donde se apaga el fuego
Como un milagro que se llenó
de historias escritas con el corazón.

Inmensidad de un amor que va encendido.
Eternidad que se hace canción.
para quedar porlos caminos,
como un bálsamo de los días vividos, vividos, vividos.




COMO LA CIGARRA

Tantas veces me mataron, tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí resucitando
gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal
porque me mató tan mal y seguí cantando

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra

Tantas veces me borraron, tantas desaparecí
a mi propio entierro fui solo y llorando
Hice un nudo en el pañuelo pero me olvidé después
que no era la única vez y seguí cantando

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra

Tantas veces te mataron, tantas resucitarás
cuántas noches pasarás desesperando
Y a la hora del naufragio y la de la oscuridad
alguien te rescatará para ir cantando

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra










lunes, 10 de enero de 2011

DOLOR...Murió María Elena Walsh

No hay palabras...
 Solo una breve biografía y 3 de sus canciones, que como otras tantas, marcaron momentos de nuestra vida.

María Elena Walsh nació el 1 de febrero de 1930 en Ramos Mejía, suburbio de la ciudad de Buenos Aires. Caserón grande, con patios y gallinero, un pomerania negro, rosales, gatos, limoneros y naranjos y una higuera muy cómoda sobre cuyas ramas la hija rubia y pecosa de «un inglés del ferrocarril» leía durante la siesta de los mayores Los Tres Mosqueteros, Robinson Crusoe y La Cabaña del Tío Tom. Antes de finalizar sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, a los diesisiete años, escribió su primer libro: Otoño Imperdonable, libro de poemas que mereciera el segundo premio Municipal de Poesía. Ya antes, en 1945, había publicado sus primeros versos en la legendaria revista El Hogar y en el suplemento literario de La Nación.

En 1948, viajó a los Estados Unidos invitada por Juan Ramón Jiménez. En 1952 partió hacia Europa, radicándose en París durante cuatro años. Allí, con Leda Valladares, formó un dúo que se dedicó a difundir el folklore argentino, recibiendo premios y el aplauso del público. Es en esa época también que comienza a escribir versos para niños.

Desde 1959 escribe guiones para TV, obras de teatro, canciones para niños. Las canciones de sus obras de teatro (Canciones para mirar, Doña Disparate y Bambuco, etc.), la letra y la música de sus canciones son cantadas por millares de niños en la Argentina, generación tras generación, quienes participan del mundo de fantasía e ingenio que les propone María Elena Walsh.

La Flor del Jacarandá


Los ejecutivos


Serenata para la Tierra de uno




No hay palabras. María Elena fué parte de nuestra adolescencia, juventud y siguió a nuestro lado en la adultez.
Chau, María Elena, como siempre, y más aún ahora, cada vez que camine por una calle alfombrada por las bellas flores de jacarandá y aspire su aroma, te agradeceré la poesía, la ternura y el amor.

María del Rosario Márquez Bello
Rorry, la Charo

lunes, 29 de noviembre de 2010

Horoscopo



HOROSCOPO
Leopoldo Marechal

«Es la noche -dijiste- pon tu espejo
debajo de la almohada al acostarte
y en él verás, si sueñas, el reflejo
de la mujer que nunca ha de olvidarte.»

Llegó la noche al fin. Bajo la almohada,
recordándote, amada,
puse el cristal revelador. De suerte
que soñé con la muerte.



De "Los aguiluchos" 1922

Este poema me parece especialmente perturbador. Sorprende y cuenta una historia en pocas líneas, pero esas líneas son de una gran intensidad.

martes, 23 de noviembre de 2010

El amor es un robo -



El amor es un robo
Leopoldo Marechal

El amor es un robo -me dijiste una tarde-
robamos y nos roban, y así pasa de modo
que en los senderos quedan nuestras mejores galas
resecas como lirios que marchitó el otoño.


Han pasado los años y de nuevo tu imagen
cruzó por mis ideas con la luz de un meteoro,
y mirando en mi abismo y hallando mucha sombra
recuerdo tus palabras: El amor es un robo.

LEOPOLDO MARECHAL
De "Los aguiluchos" 1922


La poesía de Marechal quizás no es tan conocida como su prosa.

Breve Biografía
Poeta, narrador, dramaturgo y ensayista argentino nacido en Buenos Aires en 1900.
Fue maestro y profesor de enseñanza secundaria y formó parte de la generación que giró en torno de la revista Martín Fierro. En 1926 viajó por primera vez a Europa, donde trabó amistad con importantes intelectuales y pintores españoles y franceses. En 1930, nuevamente en París, escribió los capítulos iniciales de «Adán Buenosayres».
A su primer libro de poemas, «Los Aguiluchos» 1922 le siguieron: «Días como flechas» 1926, «Odas para el hombre y la mujer» 1929, «Laberinto de amor» 1936, «Cinco poemas australes» 1937, «El Centauro» 1940, «Cantos a Sophía» en 1940, «Canto de San Martín» 1950, «Heptamerón» 1966, «El poema de Robot» 1966 y el «Poema de la Física» (recuperado póstumamente). Al fallecer en 1970, estaba escribiendo la novela «El empresario del caos».© http://amediavoz.com/marechal.htm

viernes, 12 de noviembre de 2010

Murphy tenía razón

 “Si algo puede salir mal, saldrá mal”


Creo que la mayoría de las personas está de acuerdo con esta aseveración de Edward A. Murphy. En cuanto a mí, no dudo que este año ha sido regido por esta sentencia. Es que, en total, estuve más de cuatro meses sin mi computadora y, en consecuencia, no atendí el blog como debería haberlo hecho.


Cuatro veces mi niña informática se declaró en huelga, hasta llegar a casi un estado de no retorno. Durante todo ese tiempo, procuré tomar las cosas con calma y, a decir verdad, me asombró comprobar que no era tan adicta a la computadora como creía. Me hacía falta más por razones prácticas que por dependencia. Extrañaba eso si, el procesador de texto, los últimos audiolibros que había bajado y que dormían en sus entrañas, mi conexión con las radios online y la música que ellas me prodigaban.


Y estas palabras resonaban en mi cabeza: “Si algo puede salir mal, saldrá mal”. Fue por eso que, en cuanto me entregaron la computadora, resolví buscar a Murphy y a su famosa ley en Google.. Así fue como descubrí que tiene varios corolarios, algunos de los cuales se ajustan perfectamente a lo que viví estos últimos meses. A saber:


1.- Nada es tan fácil como parece.
Y así fue, lo que en principio parecía algo simple, la fuente de energía no funcionaba, devino en un desastre casi total con más complicaciones de las esperadas y fueron tantas las piezas que hubo que reponer que de mi computadora sólo quedaron el gabinete, la fuente y el grabador de dvd.
2.-Todo lleva más tiempo del que usted piensa.
Y sí, llevó mucho más tiempo, pues con intervalos de tres meses, y luego otro mes, volvía a quedar sin computadora por problemas de hardware. Esto se debió a que el amigo que se ocupa de ella tuvo que viajar al interior del país por motivos de trabajo (y ya sabemos lo celosos que son los técnicos con la máquina que reparan y lo mal que se ponen cuando otra persona mete mano en su territorio), por último, hubo que esperar la reposición de la mother que funcionaba mal (esta vez por defecto de fábrica).


3.-Si existe la posibilidad de que varias cosas vayan mal, la que cause más perjuicios será la única que vaya mal.

Este corolario se cumplió de manera irrefutable. La mother dijo basta y arrastró en su caída a la micro-procesadora y la memoria. ¡Socorro!
Así es, amigos y seguidores, que estoy de vuelta, después de un año complicado a nivel cibernético, esperando que todo se desarrolle sin inconvenientes a partir de ahora.
¡Pero no…! Me había olvidado que, cuando volvió mi niña cibernética a casa, me advirtieron que el disco duro estaba viejito y puede ser que quiera jubilarse en cualquier momento.
¡Ay! Qué complicado que es navegar por el mundo cibernético cuando los Hados están en nuestra contra. ¿Tendré que llamar a un exorcista, hacer algún gualicho, colgar una ristra de ajo encima de la computadora o buscar dos estampitas: una de San Edwin de Chucuito que parece que es el patrono de los técnico de computadoras y otra de San Isidoro de Sevilla, Patrono de Internet y de los Internautas.
En fin, después de esta larga parrafada con la que espero se hayan aclarado los motivos de mis reiteradas ausencias, me voy a visitarlos.
María del Rosario Márquez Bello
Rorry, la Charo


Buenos Aires, 12 de noviembre de 2010

sábado, 16 de octubre de 2010

¿Vendrán lluvias suaves?



Amigos, ¿cómo están?



Por fin de vuelta en este hermoso mundo Blogger.


Este año ha sido complicado para mí, en cuánto a la informática. Casi cuatro meses, en total, desconectada por mi caprichosa "niña".


Hoy les voy a hablar de la relación que tengo con la ciencia ficción.


En el mes de febrero publiqué un post llamado “Para que sirve la Literatura”, que tuvo su origen en una sugerencia que me hizo la encantadora dama que me orienta en el camino de la literatura: “Rorry… Escribí una página donde hables de para qué sirve, según tus propias ideas, la literatura.”


Ni qué decir que la página original devino en tres y que hubieran sido más, si no hubiera recordado a tiempo la sugerencia de mi profesora.


Y ahora voy a hablar o mejor dicho escribir acerca de nació mi atracción hacia el género de la ciencia-ficción.


No creo haber tenido muchos libros infantiles con coloridas ilustraciones, quizás uno o dos, porque mi hermana y mi mamá me leían los cuentos que estaban en “El libro de las narraciones interesantes”, que era una de las secciones del “Tesoro de la Juventud”; esa maravillosa colección de la Editorial Jackson.


Recuerdo si, a “El Minotauro”, de Monteiro Lobato. Integraba una colección, lo que hoy llamaríamos una saga, de cual hubo un solo tomo en mi hogar. Contaba las aventuras de una abuela y sus dos nietos, que viajaban por el tiempo merced a unos polvillos milagrosos. Sus ilustraciones, al lápiz, reflejaban las tareas de Héracles. La naración Empieza en el Monte Parnaso (el Olimpo de los romanos)donde conocen a los dioses. Asisten a la lucha de Heracles (Hércules para la mitología romana), con la Hidra de Siete Cabezas y a la liberación de Prometeo de su tormento en el monte Cáucaso. Sumado a los incontables libros de Julio Verne que leía, mi mente era campo fértil para lo que iba a suceder después.


Tenía alrededor de nueve años cuando Papá trajo a casa el primer ejemplar de “Más allá”, la primera revista de ciencia-ficción argentina. Instantáneamente quedé atrapada por el género que me permitía acceder a mundos y culturas distintos, con planteos antropológicos, sociológicos y psicológicos que lindan con la futurología. Mundos ideales u atroces, pacíficos o guerreros. Por supuesto que a esa edad no pensaba en antropología, sociología ni otras yerbas. Sólo sentía una sed intensa por leer más y más. Aclaro que no por ello, abandoné la lectura de novelas y cuentos de otro tipo. En realidad, mi mente era una esponja que absorbía todo. Como una adicta, quería más y más.


Los autores de ciencia ficción que más me gustan son: Isaac Asimov, Paul Anderson, J.G. Ballard, Ray Bradbury, Orson Scott Card, Arthur Clarke, Robert A Heinlein, Aldous Huxley, George Orwell, Frederik Pohl. De otros no recuerdo el nombre, pues leí muchas antologías y/o revistas de ciencia ficción.


Los temas que predominan en la CF son: el fin de la especie humana o su decadencia, la emigración a otros mundos por la degradación del planeta, el choque de culturas y la discriminación casi inevitable. Capítulo aparte son los robots, especialmente enfocados por Isaac Asisimov; y las computadoras.


Bueno, queridos amigos, toda esta parrafada tuvo por objeto ofrecerles, para su lectura, el cuento “Vendrán lluvias suaves”, de Ray Bradbury, que integra el libro “Crónicas marcianas”


Pueden bajarlo de aquí.


Es un cuento muy corto y me gustaría que pudieran leerlo para darme su opinión.
 
Rorry, la Charo

lunes, 30 de agosto de 2010

A mis amigos y seguidores

Queridos amigos y seguidores

Les informo que no he podido publicar ni comentar pues desde el 13 de agosto me encuentro sin pc.
Les hago llegar mis saludos, con la esperanza de estar pronto con ustedes.

Rorry, la Charo

lunes, 26 de julio de 2010

de UN MUNDO FELIZ de Aldous Huxley

(Imagen tomada de la web)


Un mundo feliz es para mí, casi una premonición. Encontramos en sus líneas muchas de las realidades que vivimos y otras de las que ya se está hablando en el mundo de la ciencia.. Escrita en 1932 nos habla de bebés de probeta programados para distintas funciones, drogas para ser felices, máquinas que hacen ejercicio por nosotros y una sociedad embotada, sin ideas ni destino.

Dejo un fragmento que me impactó y al que no he podido olvidar pese a los años que pasaron desde que lo leí. Sé que es un poco extenso pero creo que, luego de leerlo, compartirán conmigo la desazon e inquietud que provoca.
Y, si les interesa el libro, aquí les dejo el link para bajarlo: Un mundo Feliz


---"Guardería infantil. Sala de Condicionamiento Neo-Pavloviano, anunciaba el rótulo de la entrada.
El director abrió una puerta. Entraron en una enorme habitación vacía, muy brillante y soleada, porque toda la pared que daba al Sur era un cristal de arriba a abajo. Media docena de enfermeras, con pantalones y saco de uniforme de viscosa blanca, los cabellos asépticamente ocultos bajo cofias blancas, estaban ocupadas colocando jarrones con rosas en una larga hilera en el suelo. Grandes jarrones llenos de flores. Miles de pétalos, suaves y sedosos como las mejillas de innumerables querubines, literalmente, bajo aquella luz brillante, no sólo arios y rosados, sino también luminosamente chinos y también mejicanos y hasta apopléticos a fuerza de soplar en celestiales trompetas, o pálidos como la muerte, pálidos con la blancura póstuma del mármol.
Cuando el D.I.C. entró, las enfermeras se cuadraron rígidamente.
-Pongan los libros -ordenó el director.
En silencio, las enfermeras obedecieron la orden. Entre los jarrones de rosas, los libros fueron debidamente dispuestos: una hilera de libros infantiles se abrieron invitadoramente mostrando alguna imagen alegremente coloreada de animales, peces o pájaros.
-Y ahora traigan a los niños.
Las enfermeras se apuraron a salir de la sala y volvieron en uno o dos minutos; cada una de ellas empujaba una especie de carrito de té muy alto, con cuatro estantes de tela metálica, en cada uno de los cuales había una criatura de ocho meses. Todos eran exactamente iguales (evidentemente un grupo Bokanovsky) y todos estaban vestidos de color caqui, porque pertenecían a la casta Delta.
-Pónganlos en el suelo.
Los carritos fueron descargados.
-Y ahora pónganlos para que puedan ver las flores y los libros.
Los bebitos inmediatamente se quedaron callados, y empezaron a arrastrarse hacia aquellas masas de colores vivos, aquellas formas alegres y brillantes que aparecían en las páginas blancas. Cuando ya se acercaban, el sol palideció un momento, eclipsándose tras una nube. Las rosas llamearon, como a impulsos de una pasión interior; un nuevo y profundo significado pareció brotar de las brillantes páginas de los libros. De las filas de niños que gateaban llegaron pequeños chillidos de excitación, gorjeos y ronroneos de placer.
El director se restregó las manos.
-¡Genial! -exclamó-. Ni que lo hubiera hecho a propósito.
Los más rápidos ya habían alcanzado la meta. Sus manitos se tendían, inseguras, palpaban, agarraban, deshojaban las rosas transfiguradas, arrugaban las páginas iluminadas de los libros. El director esperó verlos a todos alegremente ocupados. Entonces dijo:
-Fíjense bien.
La enfermera jefe, que estaba parada junto a un cuadro de mandos, al otro lado de la sala, bajó una pequeña palanca. Se produjo una violenta explosión. Cada vez más aguda, empezó a sonar una sirena. Se dispararon timbres de alarma, locamente.
Los niñitos se sobresaltaron y empezaron a chillar; sus rostros aparecían convulsos de terror.
-Y ahora -gritó el director (porque el estruendo era ensordecedor)-, ahora pasamos a reforzar la lección con un pequeño shock eléctrico.
Volvió a hacer una señal con la mano, y la enfermera jefe pulsó otra palanca. Los chillidos de los pequeños cambiaron súbitamente de tono. Había algo desesperado, algo casi demencial, en los gritos agudos, espasmódicos, que brotaban de sus labios. Sus cuerpitos se retorcían y cobraban rigidez; sus miembros se agitaban bruscamente, como obedeciendo a los tirones de alambres invisibles.
-Podemos electrificar toda esta zona del suelo -gritó el director, como explicación-. Pero ya es suficiente.
E hizo otra señal a la enfermera.
Las explosiones terminaron, los timbres enmudecieron, y el chillido de la sirena fue bajando de tono hasta reducirse al silencio. Los cuerpitos rígidos y retorcidos se relajaron, y lo que había sido el lloriqueo y el aullido de unos niños desatinados volvió a convertirse en el llanto normal del terror ordinario.
-Vuelvan a ofrecerles las flores y los libros.
Las enfermeras obedecieron; pero ante la proximidad de las rosas, a la sola vista de las alegres y coloreadas imágenes de los gatitos, los gallos y las ovejas, los chicos se alejaron con terror, y el volumen de su llanto aumentó súbitamente.
-Observen -dijo el director, en tono triunfal-. Observen.
Los libros y ruidos fuertes, las flores y las descargas eléctricas; en la mente de los niños ambas cosas estaban ya fuertemente relacionadas entre sí; y al cabo de doscientas repeticiones de la misma o parecida lección formarían ya una unión indisoluble. Lo que el hombre ha unido, la Naturaleza no puede separarlo.
-Crecerán con lo que los psicólogos solían llamar un odio instintivo hacia los libros y las flores. Reflejos condicionados definitivamente. Estarán a salvo de los libros y de la botánica para toda su vida. -El director se dio vuelta hacia las enfermeras-. Llévenselos.
Todavía llorando, los niños vestidos de verde fueron cargados de nuevo en los carritos y sacados de la sala, dejando tras de sí un olor a leche agria y un agradable silencio.
Uno de los estudiantes levantó la mano; aunque se daba cuenta perfectamente que no podía permitirse que los miembros de una casta baja perdieran el tiempo de la comunidad en lectura, y que siempre existía el riesgo de que leyeran algo que pudiera, por desgracia, destruir uno de sus reflejos condicionados, sin embargo... bueno, no podía entender lo de las flores. ¿Por qué molestarse en hacer psicológicamente imposible para los Deltas el amor a las flores?
Pacientemente, el D.I.C. se explicó. Si se inducía a los niños a chillar cuando veían una rosa, eso obedecía a una alta política económica. No hacía mucho tiempo (más o menos un siglo), los Gammas, los Deltas y hasta los Epsilones habían sido condicionados para que les gustaran las flores; las flores en particular, y la naturaleza salvaje en general. El propósito, en ese momento, consistía en inducirlos a salir al campo en todo momento, con el fin de que consumieran transporte.
-¿Y no consumían transporte? -preguntó el estudiante.
-Mucho -contestó el D.I.C-. Pero sólo transporte.
Las prímulas y los paisajes, explicó, tienen un grave defecto: son gratuitos. El amor a la Naturaleza no da trabajo a las fábricas. Se decidió abolir el amor a la Naturaleza, al menos entre las castas más bajas; abolir el amor a la Naturaleza, pero no la tendencia a consumir transporte. Porque, por supuesto, era fundamental que siguieran queriendo ir al campo, aunque lo odiaran. El problema residía en encontrar una razón económica más poderosa para consumir transporte que la mera inclinación a las prímulas y los paisajes. Y lo encontraron.
-Condicionamos a las masas para que odien el campo -concluyó el director-. Pero a la vez las condicionamos para que adoren los deportes campestres. Al mismo tiempo, cuidamos para que todos los deportes al aire libre impliquen el uso de complicados aparatos. Así, además de transporte, consumen artículos manufacturados. De ahí las descargas eléctricas.
-Entiendo -dijo el estudiante.
Y lleno de admiración, se quedó en silencio."...
-x-
"Un mundo feliz", escrito en 1932, describe una democracia que es, al mismo tiempo, una dictadura perfecta; una cárcel sin muros en la cual los prisioneros no soñarían con evadirse. Un sistema de esclavitud donde, gracias al sistema de consumo y el entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre.
En ese mundo, todos los niños son concebidos en probetas y están genéticamente condicionados para pertenecer a una de las 5 categorías de población. De la más inteligente a la más estúpida: los Alpha (la elite), los Betas (los ejecutantes), los Gammas (los empleados subalternos), los Deltas y los Epsilones (destinados a trabajos arduos).
Los descontentos con el sistema (los menos) son apartados de la sociedad ideal y confinados en colonias especiales donde se rodean de otras personas con similares "desviaciones", alcanzando también la felicidad.
Uno de los aspectos más relevantes de la historia es que los ciudadanos de ese mundo ideal dependen casi servilmente de una droga sintética, el Soma, para garantizar su felicidad. (de la web)

 
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